martes, 26 de enero de 2010

Reforma del Estado y la experiencia de Australia

Resumen de la Mesa Redonda: Reforma del Estado y la experiencia de Australia, realizada el Martes 12 de enero de 2010. Auditorio del Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres. Ponentes: Lic. Nilda Rojas Bolívar, Secretaria de Gestión Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros, Dr. Peter Shergold, Director del centro de Impacto Social de Australia.

Por: Luis Marín
lumardi13@yahoo.es



El evento se centró en la ponencia del Dr. Shergold titulada: “La experiencia australiana de reforma del Estado desde el papel del departamento del Primer Ministro”, en la que el expositor trató de resumir los cambios que se han efectuado en el Estado a partir de la decisión de inicio de la reforma.

En primer lugar, se han resumido las normativas del sector público, y se ha producido un cambio radical, ya que se ha dejado de centrar en los procedimientos para centrarse en los principios de la gestión pública. Un ejemplo de ello es que antes de la reforma, los textos normativos del Estado que antes se centraban en los procesos, eran documentos gigantes, mientras que las normas actuales que rigen la gestión pública en Australia y se basan en principios, son ahora una publicación pequeñísima (el expositor sacó la publicación ¡del bolsillo!).

En segundo lugar, un cambio radical que se dio en la reforma australiana fue que la gestión pública se comenzó a centrar en los resultados de la gestión, no en los procesos. Así, las acciones de la contraloría que antes se concentraban en auditar procesos, se orientaban ahora hacia resultados, haciendo más efectiva la función pública y maximizando el tiempo de la misma.

En tercer lugar, la nueva gestión pública australiana debía concentrarse en otorgar calidad del servicio. El servidor público debía atender oportuna y eficazmente los requerimientos del ciudadano. Para el control del servicio se contrataban firmas externas que evaluaban la calidad del servicio y la percepción ciudadana respecto a los mismos, generando así una sana competencia entre las entidades públicas, por posicionarse mejor en este ranking.

En cuarto lugar, se garantizó la continuidad del servidor público. Cuando ocurrían cambios de mando, sólo se iba la autoridad política pero los cuadros siguen en sus puestos, generando así una muy importante memoria institucional. Cabe mencionar que para el reclutamiento de los servidores públicos se convocaba al 2% superior de las universidades del país (esta modalidad de convocatoria hacía inútil las denominadas cuotas de género, que no tienen sentido cuando se trata de meritocracia). Además, se invitaba a los egresados a una suerte de escuela pública.

Durante 6 meses se les capacita gratuitamente, los que aprueben ese curso podrán postular a los puestos públicos.

En quinto lugar, se creó una Ventanilla Única para el Ciudadano. Esto se debía a que al ciudadano no le interesaba de qué institución proceden los beneficios del Estado, es decir; para acceder a servicios diferentes debía acudir a instancias diferentes, que agotaban su tiempo y disposición; por lo que se diseñó una oficina que se encargue de centralizar los diversos servicios y ser la única que se relacionaría con el ciudadano, tanto para pensiones, empleo, programas sociales, etc.

Para acceder al documento en PDF acceder a: http://www.megaupload.com/?d=4YMM2N1Q

lunes, 18 de enero de 2010

ENTREVISTA. ENRIQUE VÁSQUEZ

(Iniciamos la buena práctica de colocar algunas entrevistas a expertos en los temas relacionados con este blog, para abrir el debate acerca de ellos. A continuación reproducimos una entrevista a Enrique Vásquez, realizada por Mariella Balbi para El Comercio)



"Mucho mejor es invertir en las personas que en tanques"
Por: Mariella Balbi

• 18 de enero de 2010

El 2009 ha sido un año de crisis económica. ¿Cómo afectó esto a la pobreza en el Perú?

Los sectores minero, agroindustrial y textil cayeron y dejaron de emplear mano de obra, la crisis afectó el sector pobre no calificado. También las remesas del exterior bajaron, en buena proporción estas son para los sectores de bajos ingresos. Además, en el interior del país las familias se ven afectadas por los ligeros aumentos de determinados productos de la canasta básica: carnes, bebidas y tubérculos. Por ello muchos comienzan a sustituir el consumo dentro del hogar por el de fuera del hogar, acudiendo a los comedores populares.

¿Se está yendo más al comedor popular?

Sí. El rol de los comedores es positivo, pero necesitan apoyo para que las dietas sean mejores, porque están muy cargadas en grasas y ello afecta la salud. El pobre extremo [3,6 millones de peruanos en el 2008] es quien no cubre sus necesidades alimentarias. El pobre [10,2 millones] es quien no alcanza a cubrir otras necesidades como transporte y otros. Pero también está el pobre calórico, que tiene dificultad para obtener las calorías necesarias. Un tercio de la población peruana tiene una ingesta calórica baja.

¿Está desnutrida?

Digamos que está próxima a la desnutrición. Fundamentalmente, ese tercio involucra a niños, adolescentes y jefes de hogar, la mayoría son mujeres que realizan labores entre 9 y 12 horas diarias. Se supone que esa cifra debería haber bajado, pero se ha estancado.

¿Se pudo reducir la pobreza extrema en el 2009?

No hay estadísticas, el INEI las publica para Fiestas Patrias. Pero el 50% de pobres extremos no cambió su situación del 2007 al 2008, años de fuerte crecimiento. Con la crisis del 2009 podemos pronosticar que hay gente que ingresó a la extrema pobreza, principalmente en las zonas rurales. Igual debe ocurrir con la pobreza.
Este gobierno se propuso como meta reducir la pobreza al 30%. ¿Lo logrará?
Se espera que en los próximos dos años se incremente la inversión privada y que mejore la eficacia del gasto público, creo que se podría llegar a la meta. El problema más duro será la desnutrición porque esto significa atacar problemas más complejos. Es decir, que Agua para Todos llegue al 100%, que la infraestructura de salud —aún limitada— avance y que los presupuestos por resultados se cumplan.

¿No se cumplen?

Se intenta, los ministros pueden tener claras las cosas, pero al interior de los equipos técnicos que ejecutan hay resistencias. No les gusta articularse con otras instituciones, cada cual quiere mantener su posición de dominio. La reforma del sector social no muestra aún resultados muy positivos. Y es que Economía y Finanzas tiene un enfoque basado en el costo-beneficio, pero el enfoque de los otros ministerios es de derechos, derecho a la salud, a la educación. Hay falta de sintonía. Se debe buscar el justo medio; por ejemplo, proteger los derechos de los pobres extremos, que sean bien atendidos y sacados de la indigencia.

¿Es un diálogo de sordos entre el MEF y los otros sectores?

Sí. El presidente ha priorizado e incrementado el gasto público orientado a sectores productivos en un 21%, frente a un incremento de 3,8% del gasto social. Su enfoque apunta a generar recursos para que haya un mayor clima de inversión en las zonas productivas y así las empresas se instalarán, por ejemplo, en el sector agrícola, el más intensivo en empleo. Mientras tanto, otros ministerios dicen: necesitamos respetar el derecho a la salud, a la nutrición, a la educación de todos. No es que el enfoque presidencial sea malo, pero hay que buscar el punto medio.

El incremento de 3,8% para el gasto social es poco, ¿no?

Es insuficiente. El Gobierno promueve la inversión que genera empleo para reducir la pobreza. Está bien, pero toma tiempo. Además hubo crisis —nos paramos— y el empleo no ha sido tan masivo como uno quisiera. Mientras, la gente tiene que comer y educarse. El Estado los apoya con los programas sociales; sin embargo, el intento inicial de reforma de estos, a través de una fusión superficial, ha fracasado. Por eso la gente siente que la ayuda no llega en el momento ni en la calidad adecuada. La gente está descontenta porque el discurso dice: hay dinero, pero no hay una coordinación ni sinergia entre los diferentes programas sociales. Cada uno sigue haciendo lo que mejor le parece. Recién en el 2009 se ha culminado con la construcción de los marcos lógicos de los principales programas. Hasta esa fecha todo funcionaba por inercia, ahora cada uno sabe cuál es el problema que debe resolver y cuáles los productos que deben dar y cómo alcanzarlos.

¿Coordinan?

No, ese es el problema. Está previsto mentalmente, pero no se traduce en su ejecución. Creo que Mercedes Aráoz puede realizar la reforma técnica de los programas, presionándolos a que usen un solo sistema de identificación de beneficiarios: el DNI. Hoy cada programa usa su lista de beneficiarios.
Oiga, estamos en lo mismo de hace 10 años.

Sí. Hay que romper la descoordinación. Solo se requiere la decisión política y obligar a que los programas sociales usen una lista única de beneficiarios en base al DNI. Hay ocho millones de niños que no tienen DNI, el Gobierno puede obligarse a darles uno. Tiene el dinero y los recursos técnicos, solo falta la decisión política. La ministra Vílchez dijo que se focalizarían en el DNI de los niños de 0 a 3 años, pero no sabemos cuánto se avanzó. Con el DNI se acaban las filtraciones, yuxtaposiciones y subcoberturas. Otro tema es saber cuál es el producto que tiene verdadero impacto, un costo efectivo. Antes no se sabía, con la elaboración del marco lógico se ha avanzado. Por ejemplo, la chispita o estrellita es un producto perfecto para luchar contra la desnutrición. También se ha avanzado mucho con las cocinas mejoradas y con los programas de capacitación. Ya se sabe qué tipo de capacitación es la más rentable para que el joven ingrese al mercado laboral. Pero, fíjese, han pasado 15 años de programas sociales para saberlo. Esperamos que en el 2010 se evite el uso político de estos programas y se continúe usando los productos de costo efectivo.

¿Cómo sería el uso político?

Es que los impactos de los productos demoran. ¿Qué satisface más fácilmente a un beneficiario? Una bolsa de arroz blanco lo alegra más porque te llena hoy día, que una de chispita.

¿Cree que alguien en su sano juicio haga esto?

No es improbable, porque el ruido político de las elecciones es fuerte. Hay que estar vigilantes e informar a las organizaciones sociales sobre los productos efectivos.

Hay programas sociales que funcionan mejor que otros.

Claro. Juntos está funcionando aceptablemente bien en términos de transferencia, también Agua para Todos y el Seguro Integral de Salud. Para nosotros, lo óptimo sería concentrarse en los pobres extremos e incrementar el presupuesto en 10% [3.400 millones de soles] para atender la pobreza extrema. Tendría un gran impacto en la economía. Es recomendable que los programas vayan adoptando la lógica de transferencias condicionadas. En el mundo son los más exitosos porque transfieren recursos a la población, siempre de forma condicionada y esta administra adecuadamente el dinero.

¿De dónde saldrían los 3.400 millones de soles para la extrema pobreza?

De la compra de tanques chinos, ahí se tendría la mitad, 1.500 millones de soles. Mejor es invertir en personas que en tanques.

¿CÓMO MEDIR LA POBREZA DEL 2010 CON DATOS DE 1993?
"Cifras del INEI no son confiables, no reflejan la realidad"

Por: Mariella Balbi

¿Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, el trapecio andino, siguen con la cifra de 50% de pobreza extrema?

Sí, el 50% de esa población está en extrema pobreza. El programa Juntos no tiene más impacto porque el Ministerio de Salud no ha sabido invertir en infraestructura de salud, tampoco en médicos y equipos. El Ministerio de Educación tampoco ha hecho lo suyo, construir aulas y mandar maestros.

¿Hay un monitoreo de evaluación de impacto de los programas sociales?

No. Cada programa social sabe qué metas alcanzó, pero si hubieran trabajado en equipo, coordinadamente, se habrían alcanzado metas mayores. Por ejemplo, el sector Educación no sabe si el niño que está yendo al colegio se ha enfermado menos, o ha sido atendido por el SIS, o si su mamá recibe la ayuda de Juntos. Ninguno sabe si su beneficiario es beneficiario de otro programa. Se podría hacer una reforma silenciosa en la parte técnica.

El PNUD anunció que la desnutrición infantil ha bajado en el 2009 a 19%.

Esa cifra es una estimación del INEI, el PNUD la recogió. Nosotros no, porque no se basa en la realidad, como sí lo hace la cifra del 2008, que arroja una desnutrición de 21,5%. Además, el 2009 ha sido un año de crisis, es improbable que esta descienda. Es un dato que uno tiene que tomar con preocupación porque no incorpora los efectos de la crisis.

En el 2005 la desnutrición infantil crónica era de 22,9%, este gobierno solo la ha reducido en 1,4% si tomamos el dato del 2008: 21,5%.

Es muy pequeña, sí, porque no se han implementado las reformas radicales de los programas involucrados en este tema. Estamos en el grupo de países con el quintil de desnutrición más importante de América Latina, con Guatemala y varios países caribeños. Es contradictorio que para la cooperación internacional seamos un país de ingreso medio y tengamos estos niveles de desnutrición. Para el 2008 teníamos 585.793 niños menores de 5 años con desnutrición crónica.

Devele este misterio por favor: ¿cómo puede ser posible que aún no se tenga una línea de base para medir la desnutrición infantil?

Aún no existe, dicen que ya están los términos de referencia. La línea de base es muy rentable porque permite saber dónde falla el programa y dónde no, saber si la inversión social es eficiente. Se suponía que la línea de base de Juntos mediría desnutrición, comprensión de lectura y uso de matemáticas. Creo que el equipo técnico no comprende su importancia y nos se embarca hasta que no reciba el apoyo financiero internacional.

¿Por qué no tercerizan su elaboración?

Por temor a lo que pueda aparecer; ya no tendrán el manejo de las cifras y estarán desnudados sobre si son eficientes o no. No quieren exponerse a la vergüenza técnica y política. Si hoy se construye, los resultados estarán en el 2011. ¿Se expondrán en medio del calor político? Si quieren adoptar una posición más cínica, que lo hagan silenciosamente y guarden los resultados para el nuevo gobierno. No como hizo Fujimori con los resultados de la prueba Pisa.

¿Con la ministra de Economía variará el enfoque hacia el gasto social?

Esperemos que sí. Esperamos que en vez de firmar el cheque por los tanques chinos, firme cheques para bombear recursos para los 3,6 millones de pobres extremos. Desde la Universidad del Pacífico le pedimos que no lo firme, es más rentable socialmente.

¿Por qué Sembrando, que dirige Pilar Nores, es un programa exitoso?

Su éxito es llevar a la práctica la sinergia: la vinculación de salud, nutrición, educación e infraestructura básica en una sola intervención es la clave de su buena práctica. Tiene además un buen sistema de identificación de beneficiarios y mecanismos de monitoreo y evaluación de impacto.

¿Confía en las cifras del INEI?

No son confiables en la medida en que no reflejan la realidad de este milenio porque usan la canasta de gastos ¡de 1993!