jueves, 12 de mayo de 2011

Los principios básicos de la fenomenología de Alfred Schutz

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com

La sociología fenomenológica de Alfred Schutz es un estudio de la intersubjetividad pues busca conocer la reciprocidad de las perspectivas de las personas, la comprensión mutua y la intercomunicación, la interacción de las intersubjetividades de una sociedad, dada en lo que denomina el mundo de la vida, que es el mundo social en el que se ejercen las acciones humanas en forma cotidiana, sin dogmas ni teorizaciones previas. El mundo de la vida es a su vez el espacio de aprendizaje de las diferentes estrategias de interpretación y comprensión de la realidad, aprendidas de los pares, maestros y padres.

Así, el mundo social estará conformado por una multiplicidad de mundos (de la vida, de la ciencia, del trabajo, del sueño, etc) que interactúan y conforman la diversidad de esferas del mundo de la vida de un sujeto. Sin embargo, es en el mundo de la vida en donde las personas actuarán naturalmente sin cuestionar la existencia del mismo, y en donde se desarrollarán y pondrán en práctica las herramientas comprensivas para la interacción con otros sujetos.

La fenomenología asume que las relaciones sociales están mediadas por los constructos mentales del actor y así estas construcciones mentales se sustentan en dos diferentes bases a saber: el sentido común y el panorama científico.

La sociología fenomenológica se interesa por conocimientos de los constructor de primer orden, basados en los saberes cotidianos, del sentido común (de la realidad de la subjetiva del mismo, no libre de prejuicios) mas que en los constructos de segundo orden que son las interpretaciones realizadas por el científico basadas en las construcciones de sentido común de los individuos basadas en las experiencias de su vida cotidiana.

La fenomenología lleva a la realidad y al conocimiento a una problematización constante, al no aceptarlas como objetivas. El conocimiento según Schutz estaría así socialmente distribuido, de manera asimétrica, en la sociedad. Dadas las características intersubjetivas del conocimiento, al existir recíprocas perspectivas que nos hacen concientes de la existencia de otro, al tener en cuenta que el origen del conocimiento es social (puesto que la gran mayoría del conocimiento es adquirido interactuando en el mundo de la vida) y considerando que no todos poseen igual stock de conocimientos y/o capital cultural; el conocimiento está socialmente distribuido según la naturaleza de los procesos de socialización y de la posición que ocupan los individuos en la escala social.

Por otro lado, la fenomenología problematiza también la realidad, que sería producto de las interacciones entre los sujetos, de las distintas prácticas sociales y de las significaciones que se asignan a las mismas y jerarquizan los aspectos capitales del mundo social; que enrumban las acciones de los sujetos.

La realidad estaría construída socialmente por los diversos mundos de la vida de los sujetos (pues éste no es uno solo, sino que existe una multiplicidad de ellos de acuerdo a los individuos) los diferentes mundos sociales (que implican interacciones en términos de “nosotros” y “ellos”) y a su vez por la realidad de nuestros antecesores, que resignificamos y reinterpretamos constantemente.

La sociología fenomenología de Alfred Schutz es una sociología comprensiva dado que indaga por los sentidos y los significados que asumen los sujetos en las interacciones sociales. Además, trata de entender las estrategias de intercomprensión de los sujetos entre sí, pues al enfrentar la realidad social no bastan las significaciones ya establecidas, sino que a su vez el sujeto debe utilizar lo aprendido en su experiencia biográfica complementándola con los significados socialmente compartidos. Este proceso de complementariedad es el que construye posteriormente las estrategias de interacción entre los sujetos y redefine las significaciones sociales al llevarlas a la práctica. Por ello que la realidad social no es estática, sino que se encuentra en un constante proceso de reconfiguración producto de las resignificaciones de los sujetos mismos.

La convivencia social supone un proceso de búsqueda de integración, sin embargo; el surgimiento de problemas en las interacciones, produce la puesta en práctica de estrategias que buscarán la superación de los mismos. Una de estas estrategias es la de la intercambiabilidad de puntos de vista, es decir; el “ponerse en los zapatos del otro”, accediendo así a la ajena mirada, eso siempre y cuando se esté en un ámbito de significaciones comunes.

Al hacer uso de esta estrategia se evidencia la existencia de dos tipos de significados en la realidad social: los significados subjetivos provenientes de los conocimientos personales y los significados objetivos que son socialmente compartidos y/o aceptados.

La otra estrategia es la de la convergencia interpretativa desde la relevancia del objeto, que para superar el problema busca los puntos convergentes del mismo, sin exaltar las diferencias entre las tipificaciones de los sujetos frente al objeto problemático.

La fenomenología rompe con la separación entre sujeto/objeto de la ciencia, y supone una influencia tanto del sujeto como del objeto en la realidad. Partiendo de esta premisa y teniendo en cuenta lo ya expuesto, es que se puede afirmar que el sujeto de Schutz es un sujeto netamente activo. Que si bien es cierto recibe un acervo de conocimientos tanto en la socialización primaria como en la secundaria, el actor también puede construir sus propias percepciones sociales desde sus interacciones, desde su propia experiencia.

Bibliografía

Schütz, Alfred (1972) Fenomenología del mundo social. Editorial Paidós. Buenos

Liberalismo, constitución y derechos fundamentales

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com



A lo largo del desarrollo de las sociedades, los seres humanos han venido organizándose en grupos sociales, de menor a mayor tamaño y complejidad, con el fin de garantizar la subsistencia y algunas de las prerrogativas de la vida social.

El tránsito desde la tribu o clan a la comunidad, y luego a la sociedad, se realizó basado en una serie de principios que norman el orden social, en busca de la integración.

El liberalismo, es una de estas formas de constitución de la sociedad, en donde confluyen contenidos políticos, sociales y económicos.

A John Locke se le considera el padre del liberalismo, pues es fruto de sus ideas el desarrollo de esta doctrina. Una de estas ideas, que es fundamental para entender el punto de partida de la concepción liberal, es la noción de estado de naturaleza.

Locke proponía que en este estado de naturaleza –naturaleza pre social y pre política- el hombre era feliz (a diferencia y en franca contraposición a las tesis de Hobbes, quien afirmaba que “el hombre es un lobo para el hombre” lo que haría imposible cualquier estado de gracia natural, puesto que también afirmaba que dada esta condición de frecuente competencia y rivalidad, era necesaria la existencia de un gobierno autoritario y totalitario, en donde los sujetos eran sometidos a la voluntad del soberano). Es en esta condición en la que el hombre es titular de derechos naturales e inalienables, que son anteriores y superiores a cualquier Estado.

Estos derechos primigenios son los del derecho a la vida, derecho a la seguridad, a la libertad individual y el a la propiedad; y como se mencionó líneas arriba, parten de este estado de naturaleza o de la ley de Dios, externos a cualquier constructo del hombre.

Este es el presupuesto filosófico del Estado Liberal, un Estado que defiende las libertades inherentes a todos y cada uno de los individuos que conforman la sociedad, y que no interfiere en la libre acción del ser humano, pero que sin embargo también exige en este estado de cosas, que el ciudadano (1) sea también portador de deberes, como lo es también de derechos, aunque ello implique la renuncia de algunos de estos últimos, en pos siempre, del orden e integración social.

Por lo tanto, dado el paso de una comunidad primitiva a una sociedad, y siendo así necesaria la aparición del Estado para la protección de los derechos individuales, por los medios coercitivos que se crea conveniente –uno de ellos la fuerza si fuera necesaria (2), aunque esta protección no debe de ninguna manera avasallar los derechos individuales. Es por ello que al Estado Liberal se le considera un Estado limitado; sin embargo cabe mencionar que es este tipo de Estado Liberal el que está en permanente contraposición y tensión con los Estados totalitarios de bases filosóficas hobbesianas.

En este nuevo Estado Liberal, el contrato social se reformula para el bien de los individuos, aceptando las tesis iusnaturalistas (derechos naturales pre sociales, independientes de la voluntad del hombre que derivan en la ley natural).

Además de estas características se puede mencionar también que este régimen político necesita un conjunto de leyes, reificadas en un documento o conjunto de códigos que preserve los derechos individuales y que contemple sanciones a los que transgreden estos derechos, que sustente y ordene los poderes de este Estado, dentro de un orden democrático que vaya en contra de cualquier anhelo totalitario, y que se encargue de volcar el poder hacia el ciudadano portador de derechos.

Este Estado Liberal se caracteriza por erosionar en su surgimiento los regímenes absolutistas, pues surge de crisis muy agudas y de rupturas revolucionarias. Se basa en un régimen constitucional democrático que busca la convivencia duradera y pacífica. En este constitucionalismo el poder no está centralizado, sino que se divide funcionalmente en el sistema. Por lo que así se contrapesa de alguna manera el poder, y se neutralizan por ende las diversas instancias, asegurando la protección al individuo, en cuanto a sus derechos, que no pueden ser sometidos a mayorías. Surge en el último cuarto del siglo XVIII y se inicia con la Revolución Norteamericana y la Francesa. Se basa también en la formulación de un documento político, de un conjunto de leyes, que organiza el funcionamiento del Estado, en entes legislativos y ejecutivos. A su vez es un documento de carácter jurídico pues es el corpus de normas básicas por las que se ordena el Estado y la sociedad, es decir; se convierte su contenido en vinculante para cualquier entidad sea pública como privada.

Este régimen constitucional se basa en la aceptación de la constitución como documento jurídico – normativo así como también en la aceptación de tal como elemento de la voluntad política nacional de muy largo plazo.

La constitución tiene características específicas que resaltan o reafirman la importancia de su rol en la sociedad, algunas de éstas son:

- Funciona como ley suprema con un alto grado de rigurosidad en su elaboración. La constitución es rígida pero reformulable siempre y cuando esta modificación esté legitimada en una democracia representativa.
- Funda el orden o distribución social de las entidades estatales y de las particulares en la sociedad. En ella encontraremos una distribución también de los límites y responsabilidades de estos dos tipos de actores.
- Garantiza el respeto de los derechos del ser humano, de los valores de la sociedad (3) y su protección.
- En ella se establece el debe ser actual y futuro. Es una especie de hoja de ruta en cuanto a las consideraciones referentes a los anhelos y aspiraciones de una sociedad.
- Su seguridad como base jurídica depende de la estabilidad temporal que se le asigne, es decir; de su vigencia.
- Es un documento que establece reglas de juego para los conflictos políticos en procura del poder. Idealmente siempre en un contexto democrático.
- Se constituye en un símbolo de la democracia. Por ende no debe ser influenciada en sus cambios por grupos o partidos políticos con intereses particulares. Surge del consenso y de la creencia en él.

Para la existencia positivada de los anhelos y reglas de la sociedad en un documento como el de la Constitución, ha debido acontecer un tránsito desde lo que se denominan los derechos morales (Locke) o también llamados derechos del hombre (concedidos en 1215 en la Carta Magna por Juan sin Tierra en Inglaterra) reconocidos por el Estado a ellos mismos constituirse como derechos legales, al formularse la Constitución, que debe rescatarlos, reconocerlos y protegerlos.

Finalmente, este régimen liberal basado en un orden constitucional, se caracteriza por:

- Un fuerte individualismo, en donde el ser humano, titular del poder en democracia, es la medida de todas las cosas.
- Por un cierto autonomismo de tipo moral, puesto que en cada régimen social varía el acervo valorativo; pero si se instituye la libertad como eje o valor absoluto de este régimen.
- Suponer la bondad del hombre en la naturaleza, en donde según siga su razonamiento logrará el progreso. Un régimen principalmente laico en ese sentido(4).
- Ubicarse en un contexto democrático, ya que en su basamento no puede haber privilegios entre los individuos dado el fuerte carácter contractual de la sociedad, con un ente central estatal que regula las desigualdades.

En la actualidad este régimen se reinterpreta en un contexto globalizado, con políticas neoliberales en el aspecto económico en la mayoría de los países. Aquí los derechos fundamentales del ser humano no necesariamente son protegidos o amparados por la Constitución. Existe una contradicción entre las bases filosóficas del liberalismo y este neoliberalismo vitalmente económico. Sin embargo; este liberalismo trajo consigo un aumento de la productividad mundial, y un fuerte democratismo, que se debe rescatar y valorar, mas allá de una falsa aplicación del modelo, en otro contexto (el capitalista) en donde la esfera económica subyuga a la esfera social.

NOTAS

1 El integrante de esta sociedad deviene en ciudadano al acontecer el tránsito de una comunidad de tipo primitivo basada en su ligazón por vínculos de sangre y/o parentesco para pasar a conformar una comunidad mucho mas amplia, en donde los grupos se concentren en pos de la protección de sus derechos para lograr la sobre vivencia, y a su vez para garantizar una adecuada defensa del nuevo orden frente a cualquier eventual amenaza externa. Véase en: Bobbio, 1996, p. 98.

2 Este uso de la fuerza es monopolizado por el Estado en esta nueva sociedad, siempre y cuando sea legitimado por el consenso social. Este punto es uno de los que merma de alguna forma las libertades individuales en la antigüedad, aunque su práctica es siempre limitada a la protección de la integridad de los individuos, así como también la protección frente a cualquier intento de expropiación o daño a la propiedad ajena.


3 Los valores si bien es cierto varían de sociedad en sociedad, son fruto también del consenso. Normalmente se aspira a que la constitución refleje los valores de la sociedad en pleno, y que a su vez los garantice. Véase: Problemas de filosofía política. D. D. s/f, p. 117.

4 Ya que esto supone la preeminencia de instituciones tutelares como la Iglesia. Entraría en contradicción con el valor de la libertad, los derechos individuales, el culto a la razón, etc.

BIBLIOGRAFIA

Bobbio, Norberto; Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política. México, D. F.; Fondo de Cultura Económica, 1996.
Bobbio, Norberto; Igualdad y libertad. Buenos Aires - Argentina; Ediciones PAIDOS, 19??.
Bobbio, Norberto; Liberalismo y democracia. Argentina, Buenos Aires; Fondo de Cultura Económica, 1989
D. D. Raphael, Problemas de filosofía política; Alianza Editorial, s/f.
López, Sinesio; Ciudadanos reales e imaginarios: concepciones, desarrollo y mapas de ciudadanía en el Perú. Lima: IDS – Instituto de Diálogo y Propuestas, 1997.

Comentarios a la “Crítica de la Razón Instrumental” de Max Horkheimer y Teodhor Adorno

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com

La obra de los pensadores de la Escuela de Franckfurt, se encarga de denunciar el fracaso de los ideales de la ilustración, que fue impulsada por la burguesía que luchaba en tiempos de la Revolución Francesa por los ideales de la libertad, igualdad y fraternidad entre los hombres.

En el análisis de esta teoría subyace una dura crítica al proceso de la modernidad y sus consecuencias, que trajo una gran serie de cambios culturales, sociales y económicos.

Uno de estos cambios es el tránsito de un elemento capital para entender la obra de los pensadores franckfurtianos. Es el tránsito dado de una razón objetiva a una razón subjetiva, o más precisamente, lo que significa este tránsito para el ordenamiento social en general.

Hay un amplio debate acerca del concepto de razón a lo largo de la crítica de la razón instrumental. La razón objetiva se encontraba tanto en la conciencia individual como en el mundo objetivo (naturaleza, relaciones de clase, etc.). Por lo que el sentido de la existencia estaba dado siempre que esté de acuerdo con la totalidad. Nótese que en esta propuesta lo que destaca –mas allá de la posición de la razón en el mundo- es la orientación de la misma; la razón está orientada a los fines de la existencia humana.

La razón subjetiva por el contrario es aquella que se orienta hacia los medios, es un razonamiento mecánico que no se preocupa tanto por la esencia o contenido de lo que está calculando sino por adecuar los medios mas óptimos para llegar a los fines, sin reflexionar demasiado acerca de éstos últimos.

Ahora bien, al presentarse estas dos racionalidades como transitivas (razón objetiva y luego razón subjetiva) quiere decir que además se presentan en un mismo momento; y al confrontarlas surge la apuesta por la individualidad, en la que la razón es entendida como el concreto acto de pensar. Y a su vez este pensar debe considerar el contexto (tradiciones, leyes, etc.). Siendo así, es que se subjetiviza la razón lo que conlleva a la relativización de los fines, puesto que además de estar contextualizada en un espacio y tiempo también se relativiza de acuerdo a cada sujeto.

Luego del triunfo de la razón subjetiva (y por este hecho se le establece mayor importancia a los medios), esta también se formaliza por la influencia del desarrollo de las ciencias positivas. Lo que la legitima y hace que además amplíe su influencia en el mundo de la producción.

Es así como Adorno y Horkheimer propugnan la necesidad de acabar con el proyecto ilustrado que institucionaliza a los burgueses como clase dominante y que pone a su servicio la tecnología, que en este sistema, en vez de liberar al hombre lo oprime y lo margina.

En la sociedad capitalista existiría un fuerte contraste entre la realidad y lo ideal. El ideal de la igualdad ciudadana se resquebraja frente a las desigualdades sociales, de género, étnicas y económicas. La racionalidad instrumental coloniza los diferentes ámbitos de las relaciones humanas, pues todo lo convierte en un medio (la razón es relativa, se explota a la naturaleza, al hombre, etc.) para llegar a su fin u objetivo, que es el dinero, o la acumulación del mismo.

Para estos pensadores debe haber un cambio radical en la sociedad, para cambiar al status quo la tecnología debería liberar al hombre del yugo del trabajo –que creían, tenía un fin en sí mismo- y solo entonces el hombre vivirá feliz sin necesidades materiales. Se busca una conjunción de la racionalidad y de la praxis para librarnos de la racionalidad instrumental y sus efectos.

Sin embargo existe un divorcio entre la teoría y la praxis en la obra de estos pensadores pues no está claro el mecanismo para realizar el cambio ya mencionado. Pero cabe destacar la importancia de su posición y pensamiento crítico de la sociedad, pues se atrevieron a señalar la insuficiencia de su propia corriente teórica (el marxismo) lo que demuestra su real preocupación por la búsqueda de una felicidad positiva: la felicidad individual y la razón.

Bibliografía

Horkheimer, Max y Teodhor Adorno (1973) Crítica de la Razón Instrumental. Editorial Sur, 2da edición. Buenos Aires, Argentina.

Bases filosóficas de las sociologías interpretativas

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com

En el presente texto daremos cuenta del surgimiento de las sociologías interpretativas y sus principales principios. Las primeras grandes corrientes sociológicas se basaban en elementos tales como el de la sociedad (Durkheim), las necesidades de la sociedad (las teorías funcionalistas), la economía, el sistema de clases o la ideología (Marxismo). Los enfoques macro consideraban a los sujetos como fruto del proceso de socialización, soslayando la creatividad y negando de alguna manera la libertad de los individuos. Todo esto levó a un replanteamiento de la sociología, en donde surgieron corrientes de carácter interpretativo. Ello trae como consecuencia un tránsito del análisis macrosociológico al microsociológico.

Estos enfoques interpretativos intentan acercarse a las realidades de la vida social, tales como los enfoques del interaccionismo, la fenomenología y la etnometodología. El primero –el interaccionismo – se centra en el análisis de la negociación de los sujetos en donde cada uno persigue objetivos distintos. El segundo indaga por el conocimiento intersubjetivo de los actores en el proceso de interacción social cotidiana. Finalmente, la etnometodología se preocupa por descubrir los procedimientos que usan los actores para hacer el mundo inteligible, dándole sentido a las circunstancias particulares.

Estos tres enfoques se desarrollan a partir de las ideas en la obra de Max Weber (Munich, 1864 - 1920), quien no esboza explícitamente una microsociología pero da pie al surgimiento de las sociologías interpretativas. Todo esto a partir de la introducción de la perspectiva de la persona propuesta por el filósofo Emmanuel Kant, para así establecer un corte epistemológico para con las ciencias naturales. Para acceder al panorama de los valores, los símbolos y las significaciones se deben producir las denominadas ciencias del espíritu.

Wilhelm Dilthey (Berlín, 1833 - 1911) es quien se pregunta por la facultad humana del conocimiento; en específico por las condiciones subjetivas que hacen posible este hecho y las denomina: ciencias del espíritu. El concepto de la vivencia es el que según Dilthey abarca el mundo objetivo y el de la conciencia, reproduciendo los contextos de la acción y produciendo así el conocimiento histórico.

Por otro lado, Wilheim Windelband (1848 - 1915) propone una diferenciación entre las ciencias del espíritu y las ciencias naturales; ya por el lado de la metodología. Así es como establece la importante distinción entre ciencias ideográficas, que son las ciencias del espíritu, vinculadas a los valores; y las ciencias nomotéticas, las cuales se rigen por leyes, tales como las ciencias naturales y las ciencias físicas.

En todo caso, la aplicación de un procedimiento nomotético o ideográfico no depende de los objetos a los que se les aplicará, sino del interés o del fin del conocimiento, este criterio es pues puramente lógico metodológico, para discernir el tipo de conocimiento resultante.

Para Heinrich Rickert (1863 - 1936) el conocimiento de un hecho u objeto en su totalidad es imposible, es decir; la ciencia solo puede ocuparse de una parte de la realidad. Y esta parte es elegida por un principio de selección. Este principio es el que Rickert denomina el principio de la conceptuación.

La conceptuación vendría a ser la forma previa de selección valorativa del material empírico. Aquí es el valor el que se constituye como un criterio de selección entre lo esencial e inesencial, que es lo que caracteriza a las ciencias culturales, que es como Rickert llama a las ciencias del espíritu. Entonces queda claro que dado que las ciencias naturales se rigen por leyes, las ciencias culturales se regirán por la relación con los valores, en donde la significación cultural del objeto determinará su especificidad.