miércoles, 18 de agosto de 2010

El problema de la política social y la lucha contra la pobreza: el reto peruano

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com


El problema de la pobreza es importante porque sume a la población en condiciones de vida no adecuadas para el desarrollo de sus capacidades, y las priva de oportunidades de desarrollo que permitirían un acceso a bienes y servicios que elevarían su calidad de vida. Un entorno de pobreza y pobreza extrema en la que sobreviven millones de personas no es para nada positivo si se pretende empezar la marcha hacia el desarrollo como país. A menudo se declara que una preocupación de las políticas de gobierno es la lucha frontal contra la pobreza. Creemos que solo de esta manera se asegurará que existan mayores niveles de equidad en la sociedad futura y que nuestros ciudadanos pueden desarrollarse de acuerdo a sus reales potencialidades.

El problema de la pobreza representa uno de los retos más grandes para la región latinoamericana. Del 2000 al 2008 los índices de pobreza pasaron de 48,4% a 36,2%; mientras que los de pobreza extrema pasaron de 15% a 12,6%. Si bien es cierto se ha producido en los últimos años una importante disminución, aún en términos reales son millones de personas pobres las que ven limitadas sus posibilidades, sobretodo en contextos donde no existe oportunidad alguna de acceder a los beneficios del crecimiento económico que se sucede en algunos países.

La pobreza y pobreza extrema se han reducido considerablemente en el Perú, siguiendo la ruta de los compromisos suscritos en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. Esta disminución de la pobreza se da a pesar del incremento sostenido de la población y las implicancias que ello produce. De 25.983 habitantes al 2005, el Perú pasó a tener 28.807 al 2008, lo que representa un aumento de la población del 10,9% en tan solo 8 años.

La disminución de la pobreza a pesar del aumento de la población es fruto, entre otras causas, de la intervención de diversas políticas sociales que pretenden mejorar la calidad de vida de la población del país. La política social en el Perú no solamente se diseña tomando en cuenta los patrones de pobreza, sino que también se toman en cuenta sus factores determinantes: salud, educación, etc. Como sucede en el caso de la desnutrición crónica infantil, que es un indicador relevante para el diseño de Programas y proyectos sociales. Considerar la desnutrición crónica infantil como un indicador para el diseño de políticas públicas de lucha contra la pobreza es fundamental porque se ha comprobado que los efectos de la desnutrición crónica en los primeros tres años de vida son irreversibles. Así, debe ser un deber prioritario del Estado combatir la desnutrición con miras a que la población tenga las capacidades físicas que posibiliten su desarrollo posterior.

Los esfuerzos de política social por menguar la desnutrición son cada vez mayores y los resultados, según las cifras oficiales, cada vez más auspiciosos. El porcentaje de menores de cinco años con desnutrición crónica a nivel nacional ha disminuido cerca de 6 puntos porcentuales desde el año 2000 al 2009.

La desnutrición crónica urbana la que más ha retrocedido del 2000 al 2009 (de 13.4 a 10.3%) si se compara con la rural (de 25.4 a 19%). Sin embargo, aún existe un importante 10,3% de niños de entornos rurales en condiciones de desnutrición. Por ello, se debe implementar políticas sociales que atiendan a la población más relegada del país, la residente en zonas rurales.

Con todo, la orientación de las políticas de lucha contra la pobreza en el país es de mejorar la eficiencia en el gasto. Con ello nos referimos a que cada vez más surgen Programas sociales con técnicas más refinadas de focalización. La emergencia del paradigma de la política social de tipo focalizado responde a una serie de procesos de larga data en la región, los mismos que buscan atacar directamente los factores determinantes de la pobreza, en un contexto en el que los países que la combaten aplican los diseños más avanzados que se han ido aplicando en cada vez más países de la región, como sucede con el caso de los Programas de Transferencia Monetaria Condicionada.

Este porcentaje de incremento es mínimo y el promedio de inversión social todavía se encuentra entre los más bajos de la región. Sin embargo, parece ser que el relativo éxito de los nuevos modelos de política social haría que esta tendencia se incremente o al menos se mantenga para los años venideros. Sin embargo, aún debemos poner en debate el verdadero rol de la política social de lucha contra la pobreza y sus componentes, el porcentaje de gasto con respecto al PBI, la estrategia de focalización versus la postura por la universalización de los servicios sociales, las pensiones mínimas, el fuerte sesgo del diseño centralista de dichas políticas, la no participación de la población en la ejecución y/o control, etc. Todo ello debe orientarse a un esquema de protección social que garantice el acceso al ejercicio de derechos de toda la población.

No hay comentarios: