sábado, 30 de junio de 2007

Comentario a Las rutas de la masculinidad: ensayos sobre el cambio cultural y el mundo moderno de Rafael Montesinos


Por: Soc. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com




A través de un recuento de los diversos enfoques acerca de la masculinidad, Montesinos nos plantea la influencia de los cambios culturales que se produjeron en el mundo en las décadas de los sesenta y setenta, de cómo éstos reconfiguraron la identidad femenina debido a la salida al espacio público de las mujeres, por las exigencias que los cambios en el mundo de orden social y económico, y por la obtención de nuevos derechos que le permitieron transformarse a sí misma.
Este cambio trajo consigo una reacción de las identidades masculinas - fruto de las consecuencias de los cambios en la identidad femenina- afectadas por la pérdida de espacios laborales, la pérdida del control sobre la sexualidad y la dominación para con el otro sexo. Esta reacción se convierte en crisis cuando se cuestiona el status quo del varón basado en las ya no legitimadas prácticas autoritarias.
Este cambio cultural trae consigo conflictos entre los géneros, pues sus patrones o roles sociales se reconfiguran constantemente. El estereotipo del varón proveedor y la mujer reproductora sufren drásticos cambios que se reflejan también en el cambio de estructura de las familias. A todo esto, el Estado sigue siendo una institución socializadora que refrenda el modelo de dominación masculina, siendo cada vez mas incongruente con la realidad social, pues las prácticas difieren mucho de lo que se pueda articular en los discursos oficiales.
Las prácticas sexuales también salen a la luz e influyen en la reformulación de los roles sexuales en la sociedad; a pesar del tradicional y represor discurso oficial de control sexual de la iglesia católica. Estas prácticas de alguna manera deconstruyen aún mas el modelo clásico de identidad masculina, ya no solo son parte de un escenario intimo si no que se convierten en prácticas de nuevos estereotipos que se interrelacionan con el resto de la sociedad.
La propuesta que plantea el autor es la construcción de una nueva identidad masculina, que procure una relación mas horizontal y democrática con los sexos, que no reprima los aspectos emocionales del varón y que por sobre todo no esté basada en los patrones tradicionales de control sobre el otro sexo, que además interprete adecuadamente el nuevo rol de las mujeres en la nueva sociedad, con todos sus matices y expresiones.
Las rutas de la masculinidad están por ende reconfigurándose frente a los distintos procesos que afectan cultural, social y económicamente a esta nueva sociedad.

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