domingo, 24 de junio de 2007

Repasando a Quijano: sobre la nueva heterogeneidad estructural en América Latina

La nueva heterogeneidad estructural de América Latina
Anibal Quijano
En : Revista Hueso Húmero, Mosca Azul Editores, Lima 199?.
Comentado por Luis Marín.

La propuesta de Aníbal Quijano, por una nueva heterogeneidad estructural en América Latina, está basada en una revisión crítica de la teoría latinoamericana, que era fuertemente influenciada por los aportes del pensamiento social europeo, así como de lecturas muy ortodoxas del marxismo.
La preocupación por entender la situación de América Latina es impulso para el desarrollo de nuevas teorías en las ultimas décadas, tales como la de la dependencia, la teoría de la modernización, de la democratización, de los movimientos sociales, etc. La teoría planteada por Quijano intenta responder la primigenia teoría planteada por Aníbal Pinto, la de la heterogeneidad estructural, debido a que nuevas transformaciones sucedidas en América Latina hacen que el patrón estructural cambie y por ende, las formas de relación de la sociedad y sus estratos con el patrón.
La heterogeneidad estructural hace referencia a una forma de organización del capital en América Latina, diversas formas de producción alrededor de un patrón dominante, el patrón del capital.
Este concepto de la heterogeneidad estructural nace porque se quiere poner al frente, cuestionando la teoría que planteaba que en América Latina existía un dualismo estructural, es decir; la existencia en América Latina de dos economías , la primera era una de corte feudal y la segunda una de tipo capitalista, que coexistían en un mismo espacio.
Esta concepción dualista estaba acorde con los planteamientos propuestos por la teoría marxista[1], el de dos economías claramente tipificadas y dicotómicas: la feudal y la capitalista. Además surge de ella la apuesta por la modernización[2], la cual es calificada como etnocentrista vista desde la teoría de la heterogeneidad estructural.
El chileno Aníbal Pinto propone que estas dos economías están fuertemente articuladas en un marco estable, en donde estos dos modelos económicos coexisten a pesar de sus diferencias en la producción, los capitalistas y los feudales (servidumbre, yanaconaje, etc.). En el Perú subsistían estas formas de explotación hasta más allá de la segunda parte del siglo XX: las explotaciones mineras de la Cooper Corporation con los huachilleros o la misma Ley de Conscripción Vial por ejemplo[3]. Este orden económico privilegiaba a la elite de líderes capitalistas que impulsaron el modelo agrario-minero exportador en América Latina.
Esta postura de la heterogeneidad estructural concibe a América Latina con rasgos particulares que la diferencian en si misma y de Europa, y busca entender a América Latina en su especificidad. Además se constituye como una fuerte critica al materialismo histórico que sostenía que las sociedades debían pasar por las mismas etapas de Europa, lo cual no fue así.
Anibal Quijano construye a partir de estos debates la teoría de la nueva heterogeneidad estructural que plantea que a lo largo de la historia de América Latina ha ido emergiendo un orden económico social nuevo que deja a vastos sectores de la población en una situación de identidad social, cultural, económica, etc. Que se caracteriza por ser indecisa, pues el patrón del capital ha cambiado producto de la crisis, y con esto ha dejado en el camino, procesos que tienen una lógica distinta al del capital. Podríamos decir que estos procesos que afectan las construcciones identitarias se hallan “al lado del camino”.
Pero este proceso surge de la incursión del patrón de capital en América Latina, que se hizo fuertemente dominante y universal patrón estructural, unificando y homogeneizando la estructura social –al menos en teoría-; sin embargo pese a ello, en el ámbito de las relaciones sociales no predomina tanto este patrón (tendencias de agrupamiento, relaciones sociales, etc.). Es analizando esta incursión en la que se evidencia que la realidad latinoamericana escapa de los ribetes teóricos del marxismo por ejemplo, pues se producen procesos sociales tales como el de la descampesinización, que no llevarían como se pensaba a la proletarización, sino que han llevado a nuevos fenómenos de agrupamiento social tales como la marginalidad y la informalidad; que rescatan la reciprocidad y solidaridad en vinculación directa con el mercado.
Entonces este patrón de dominación que impulsaba la homogeneización, no logró este cometido pero si destruyó formas tradicionales de relaciones sociales, y producto de la crisis del capital es que estas mismas formas se reconstituyeron, cambiaron, y fueron elementos que forman esta nueva heterogeneidad estructural. Podríamos decir que la naturaleza de la crisis es de corte gramsciano, pues en este debate se presenta: “algo que está muriendo pero no termina de morir y al mismo tiempo hay algo que está naciendo pero tampoco termina de nacer”
Se produjo también una reestructuración de clases en América Latina , con una nueva multi inserción social de los antes desplazados en agrupamientos sociales clasistas y no clasistas (etnia, raza, religión, género, etc.). Se tiene entonces a gran parte de la población participando al mismo tiempo de más de una identidad social, es por ello lo de identidad social “indecisa”, mencionado líneas arriba.
Esta teoría –la de la nueva heterogeneidad- se esfuerza por establecer la diferencia ya percibida de América Latina y Europa, pero más allá de eso evalúa conscientemente la crisis económica y de procesos sociales de la coyuntura que nos devuelve la idea de nuestra especificidad, y supone en primer lugar un esfuerzo por reconstituir las proposiciones teóricas ya “agusanadas” en el debate América Latina /Europa, para incidir en que no es lo mismo la economía latinoamericana (¿homogéneamente capitalista?) y la diversificada estructura social latinoamericana. Además propone como tarea la participación de la sociedad civil y el Estado en el debate sobre América Latina, qué paso con los movimientos sociales, la percepción del concepto de ciudadanía en las etnias y por último, algo que de alguna manera lo coloca en el más actual de los debates, preguntarse por la identidad de los reinsertados, y la conexión entre estos procesos descritos y su papel en el sistema mundo, a decir de Wallerstein.

BIBLIOGRAFIA
Quijano, Anibal
Notas sobre los problemas de la investigación social en América Latina
En : REVISTA CENDES, Universidad Central de Venezuela.
Caracas – Venezuela, 1988.
Quijano, Anibal
La nueva heterogeneidad estructural de América Latina
En : REVISTA HUESO HUMERO, Mosca Azul Editores, Lima 199?.
Quijano, Anibal
"La economía popular y sus caminos en América Latina"
Mosca Azul Editores, Lima 1998.
Osorio, Jaime
"Las dos caras del espejo: ruptura y continuidad en la sociología latinoamericana"
Triana Editores, México 1998.
Wallerstein, Immanuel
"La esperanza venció al miedo: alternativas al nuevo orden capitalista"
Movimiento Raíz. Cuadernos de Investigación, Nº 1. Lima 2004.
NOTAS
[1] O mejor dicho, por sus reinterpretaciones latinoamericanas, basadas en el sesgo euro centrista.
[2] Modernización en términos de que nuestra “precaria” América Latina llegaría a ser algún día como Europa. El “leer América Latina como si fuera Europa”, fue una tendencia calificada como “vulgata marxista” por Francisco de Oliveira (CLACSO). Citado por Aníbal Quijano en “La nueva heterogeneidad estructural”, Revista Hueso Húmero, p. 12.
[3] La mencionada Ley obligaba a los ciudadanos a donar un día de trabajo al año al Estado, en la construcción de carreteras. Dicha obligación se podía eludir o reemplazar mediante el pago de un impuesto proporcional al salario de un día. Como resulta obvio, los desposeídos, marginados, campesinos y demás excluidos eran los que efectivamente cumplían con su jornada de trabajo.

1 comentario:

Juan Manuel Espinoza Ysla dijo...

El texto pertenece a "Hueso Húmero" (Lima), n° 26, febrero de 1990, pp. 8-33.